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23 enero 2009

Marco de fotografía

Hace unos meses desconocía por completo el soneto de Vinicius de Moraes que figura en la entrada anterior y cuyos dos últimos versos titulan este blog que hoy pongo en marcha.

Esos versos se me "aparecieron" de repente el pasado mes de octubre, en México, mientras trasteaba en una tienda de regalos del D.F. Estaban escritos en la parte inferior de un marco para fotografías que en seguida me llamó la atención (de color rojo, con dorados, purpurina, espejitos...) y que, como ya podréis imaginar, no pude dejar de comprar. Ahora se encuentra en el salón de casa, sin enmarcar ninguna fotografía, como si hubiese sido creado únicamente para ser el portador de los versos mágicos de Vinicius...

Bueno, lo de Vinicius lo sé ahora, porque cuando lo compré no tenía ni idea. No ha sido hasta hace un par de semanas que he averiguado que esas palabras tan bellas forman parte de un poema y que el poeta que las escribió es alguien a quien conocía desde hace mucho, aunque solo por su faceta musical.

El Soneto de la Fidelidad presenta una imagen del amor que comparto de forma completa y que me parece tremendamente poderosa: inmortal en sus pretensiones cuando es pasión arrolladora, finito en cuanto que se nutre de su propia esencia, eterno por cuanto pretende superar la realidad en la que se desarrolla, caduco cuando la llama de la pasión amorosa se desvanece y la terrible realidad vuelve a ocupar su lugar…

Octubre, D.F., marco de fotos, rojo pasión, versos, Madrid, casualidad, Vinicius, Soneto, obsesión, amor, blog, aventura: QUE SEA ETERNO MIENTRAS DURE.

Ahora solo tengo que buscar la fotografía adecuada para mi marco mexícano/ brasileño/ español. Sí, tengo que elegir una, seguro que no es dificil. Al fin al cabo, después de nueve años, nuestro amor bien se merece una foto en un marco de color rojo, cubierto de brillantina, espejitos y corazones dorados... y con unos versos inolvidables.

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