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25 enero 2011

Adan en Edén

"Tembló. Fue el gran temblor del 19 de septiembre de 1985, cuando buena parte de la ciudad de México quedó destruida. sobre todo la zona edificada sobre antiquísimos lagos y canales que esa mañana en la que yo yacía con Zoraida regresaron a reclamar su flujo soterrado.

Se movían las lamparas, los techos, los muebles, sonaban los ganchos dentro de los armarios, cayeron al piso las imágenes de la Virgen de Guadalupe en esta recámara y en todas las del burdel de Durango, las vajillas y las vaginas tronaron, los puentes y las rutas se desvanecieron y afuera del prostíbulo la ciudad despertó azorada de sí misma, abiertos los ojos a todo lo que la metrópoli era y había sido, como si el pasado fuese el fantasma dormido de México, el gran Dios del Agua que resucita de vez en cuando y como no encuentra cauce llega agitadamente, sacude su cuerpo capturado entre cemento y adobe, se cuela por desagües y brota por alcantarillas, dejando una estela de destrucción que no es sino el llanto de una impotencia que se recuerda como antiguo poder y, terminada la obra destructiva, regresa a su cauce profundo de paz polvorienta".

Carlos Fuentes

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