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11 febrero 2009

Droga dura

Hoy he ido a recoger los materiales de la última asignatura que me queda para acabar la licenciatura de Documentación. Si lo hados me son propicios, en junio se acabarán siete años de asignaturas y estudios virtuales en los que he conseguido disfrutar estudiando.

Se trata de la última asignatura libre y finalmente me he decidido por Chino II. El trimestre anterior curse Chino I y fue interesantísimo porque se trataba de una Introducción a la Lengua China en la que tuve la suerte de contar con un profesor excepcional. La experiencia ha sido tan buena que me he animado con el segundo curso, ahora ya sí de aprendizaje de la lengua y la escritura china. Creo que tenemos que acabar el curso manejando un mínimo de 150 caracteres y habiendo utilizado hasta 400.

Estoy nervioso y fascinado y además espero con muchas ganas que empiece el curso para comenzar a trabajar con... ¡caracteres chinos! Espero que no me tenga que arrepentir porque los idiomas no se me han dado nunca muy bien... aunque la curiosidad ha podido mucho más.

Cuando me refería a disfrutar estudiando estaba pensando en varias cosas. Por un lado en la emoción que supone tener un profesor excepcional que es capaz de motivarme hasta tal punto de seguir estudiando un idioma complicado cuando los idiomas no son lo mio. Y por otro, y a un nivel más general, me sorprende lo bien que lo he pasado estos últimos 7 años mientras cursaba estudios adicionales, no por necesidad u obligación, sino por interés personal y por continuar aprendiendo. Que lejos se encuentra todo esto de mi época universitaria adolescente...

Por supuesto que durante estos años ha habido momento difíciles y a veces el interés ha decaído un poco (a veces es bastante complicado trabajar y estudiar a la vez) pero ha merecido la pena... Tanto, que estoy pensando reengancharme en el próximo curso, quien sabe en qué..., ¿quizás algo relacionado con Asia? Vamos a ver como se me da el chino y luego decido.

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