Dos fotografías tomadas en Córdoba el año pasado, Semana Santa. El aire ola a primavera y azahar, las noches estaban repletas de incienso y calor. Un día memorable...
En medio de todo ello, el paso del tiempo se nos presenta en forma de piedra y vacío, vano y muro: nacida para permanecer ha conseguido vencer el peso del tiempo, los avatares de la historia y la barbarie de sus creadores.
Otras, sin embargo, son promesa de futuro y pretensión de pervivencia. El espíritu es el mismo, solo cambia el tiempo que las vio nacer. De nuevo piedra y vacío, vano y muro para abrirnos/aislarnos del mundo.
Algunas gentes nos precedieron, otras nos continuaran... El tiempo nos impone sus reglas inclementes y las obras del hombre, aúnque sometidas a esos mismos designios, consiguen a veces escapar a la tiranía para recordarnos con su presencia que a nosotros no nos ha sido concedido el don de la excepción.
Tempus fugit.
el tiempo huye y las puertas que antaño nos sirvieron aunque fueran para salir de la mezquita ahora quedan suspensas en el aire
ResponderEliminar